18 de marzo de 2016

Vaivén


Cuando las tardes doren tus pasos,
frente al mar me sentaré.
En silencio viene tu nombre,
lento y calmado, en un sutil vaivén.

Ola viene y ola va. Al poco comienzan a parar.
Una sonrisa se calca en la tierra y de nuevo tu brillar.
Espuma de caricias en la arena y más de siete corazones por bandera,
se dibujan con los dedos de las manos, viejas y cansadas por los años.

Sobre el horizonte el vuelo de las gaviotas,
que arriba de los mástiles hundidos, hoy se posan.
Miran a los enamorados que caminan enredados,
entre risas y paseos, entre labios y tonteos.

Ya casi las siete, a esconderse el sol se va,
y un perfume muy ligero me recuerda al azahar.
Lujuria de luna blanca, risueña y relajada, aquí está,
y por los días secuestrada en el piélago de tu mirar.

Hoy anhelo el tiempo que no está,
esa cuerda que se tensa y que sufre al aguantar.
Ese tiempo marinero en un sutil tic tac,
Ese tiempo marinero que se se va sin esperar.

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